Estimados miembros de Akasha Comunidad:
Ausentarse durante un tiempo de una situación puede darnos una perspectiva diferente. Así me siento hoy, con una mirada tangencial adicional a la que antes veía solamente de frente. Por supuesto que lo que veo no es necesariamente lo que ‘es’ (la Verdad es bastante más amplia que la verdad que cada quien logra comprender), pero razón e intuición me dicen que no está equivocada mi mirada. Y lo que veo, luego de 10 días de estancia sin posibilidad de internet, de teléfonos, de computadoras; sin tiempo ni ganas de pensar (ni siquiera de reojo mental) en esta ‘tragedia griega’ que aceptó tácita o abiertamente interpretar la humanidad, es que se está comenzando a derrumbar la narrativa que han querido que sea ‘la verdad’; esa ‘única verdad’ que debía regir al mundo, a pesar de ser una gran mentira esférica (por donde se le vea, lo es).
Veo el derrumbe, paulatino, pero inexorable. Lo veo en el cambio, a veces sutil, y otras veces no tanto, de lo que dicen y escriben (y en lo que callan) médicos y otros personajes influencers; en los pronunciamientos – tímidos, pero existentes – de algunos gobiernos, en el desesperado intento de los medios de asignar a los colapsos y muertes repentinas, causas cada vez más inverosímiles (desde la felicidad tan grande que dicen que provoca infartos repentinos, hasta el frío invernal y el estrés de manejar en el tráfico que quieren hacernos creer que es la causa de los colapsos de gente sana, y hasta el comer huevo como causa de muerte repentina; ver:https://www.planet-today.com/2023/01/scientists-warn-eggs-are-causing.html). Yo no sé si son capaces de creerse sus propias mentiras (lo que sería motivo de una consulta psiquiátrica, por cierto) o si solo hacen, cual obedientes siervos, lo que se les ordena. Si es así, seguro que al menos algunos de ellos tienen algo de comezón en el esfínter de su conciencia.
El asunto es que el derrumbe de este monumental engaño no podría ser aceptado así, con gracia y asumiendo su responsabilidad, por los arquitectos responsables de construirla. No, por supuesto que no. Hay intentos de desviar, aunque sea un poco, la atención de lo que es un acto criminal, acaso el más grande de la historia.
En uno de estos intentos de desviar la atención, me he encontrado con una narrativa, digamos, ‘interesante’ (usaría otra palabra, pero dejemos mejor esta como eufemismo de lo que quisiera escribir en realidad), en el que parece que hay quienes desean culpar a los ‘no inoculados’ del desastre que han provocado las inoculaciones ‘anti-COVID’ en muchos. Es decir, que para esta ‘interesante’ perspectiva, los no inoculados seríamos culpables de no haber hecho suficiente para avisar sobre el peligro de estas inoculaciones a los incautos ciudadanos, quienes simplemente hicieron caso de lo que las autoridades les pidieron hacer (ver: https://nakedemperor.substack.com/p/the-unvaccinated-have-blood-on-their).
Es posible que se trate de una sátira dicho escrito, pero incluso si lo fuera, refleja algo que, me parece, podrían comenzar a sentir muchos, y con mayor frecuencia entre más se derrumbe la narrativa. Al fin y al cabo, cuando el humano actúa desde el miedo infantil, es incapaz de aceptar la responsabilidad de sus propias decisiones.
Cuando comencé estas labores de divulgación y comunicación de la ciencia en torno a la pandemia, lo hice desde la conciencia plena de mi decisión, y las consecuencias sufridas las he enfrentado desde esa misma conciencia. De ninguna manera me asumo como víctima. Y una de las más importantes directrices de lo que he hecho ha sido el evitar decir a otros qué hacer. Mi intención ha sido explicar, lo más certeramente posible, aquellos estudios que están siendo ignorados por médicos, por la mayoría de los científicos y por las autoridades, de forma que cada quien decidiera, conscientemente, qué hacer.
Que lo hicieran con plena comprensión de lo que se sabía y lo que no se sabía, reconociendo que había incertidumbre en lo que podría ocurrir al inyectarse esos productos, y valorar ese riesgo en función de lo que realmente implicaba el infectarse con un virus cuya letalidad era equiparable a la gripe estacional y, ahora, a un resfriado.
Es lo mismo que hago en mis clases en la universidad: los estudiantes que eligen llevar las asignaturas que imparto son adultos, y no les diré qué hacer, ni exigiré que entren a clases. Pero, la consecuencia de sus decisiones es completamente suya. Lo hago así, porque si no aceptamos nuestra responsabilidad en la vida, otros podrán siempre tratarnos como niños (o como esclavos, si a eso vamos), y ¿saben?, rara vez depara algo bueno para la humanidad el que las personas sean tratadas por aspirantes-a-tiranos como si fueran niños.
Al leer el texto de ‘The naked emperor’ arriba compartido, ponderé lo que implicaría el que esa sensación fuera así para muchos inoculados. Y pensé que, como comunidad, podemos sentirnos orgullosos de haber intentado, desde el primer día, ofrecer conocimiento responsablemente a quien quiera conocerla. Akasha Comunidad ha hecho todo lo posible, a pesar de lo difícil de esa labor. Digamos que es bastante complicado compartir conocimiento con quienes no desean conocer esa información, e incluso más, hacerlo de cara a franca censura, difamación y agresión.
Sigamos entonces adelante, haciendo lo que hacemos, desde el respeto, desde la responsabilidad; evitando generar más miedo en quienes pueden ahora estar sintiendo mucho miedo por sus elecciones; evitemos denostar a quienes tienen otras perspectivas.
Así como ocurre durante eventualidades en el mar, una mano fuerte tendida puede ser la diferencia entre caer al agua o salir airosos.
A tres años de iniciada esta situación, sigo tendiendo mi mano, y agradezco a cada uno de ustedes por hacer lo propio, a su estilo, desde su corazón, para seguir ayudando a que la humanidad comprenda aquello que está ocurriendo, y recupere su fortaleza y su responsabilidad como adultos independientes y como adultos de mente ingobernable por otros.
Les saludo, con mucho cariño, Karina AW