Estimados miembros de Akasha Comunidad:
En la charla que di para el WCH, expliqué que es indispensable tomar en cuenta que los efectos adversos de la inoculación ‘anti-COVID’ también pudieran ser influidos por el que haya sido inyectado el contenido de la jeringa en un vaso sanguíneo. Eso puede ocurrir, sobre todo considerando que 1) el músculo deltoides está bastante irrigado, y 2) mucha de la gente que inoculaba fue reclutada para esto y no tenía mucha experiencia inyectando. Si no se hace la práctica de jalar el émbolo una vez que entró la aguja, y antes de aplicar el líquido que contiene la jeringa, se corre el riesgo de que entre en sangre.
Esto ya lo había advertido Merchant, en su publicación del 2022, titulada (traducida del inglés) “Inyección inadvertida de la vacuna COVID-19 en la vasculatura del músculo deltoides puede resultar en distribución de la vacuna a tejidos a la distancia y reacciones adversas consecuentes”. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34588294, y antes de él, Rahaminov y colaboradores también habían alertado sobre esto en su publicación titulada (traducida del inglés) “La penetración inadecuada del músculo deltoides y preocupación sobre administración inadecuada de la vacuna COVID de ARNm pueden ser evitados por la modificación de la técnica de inyección” https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34275671.
Luego de que grabé, en octubre de 2022, un vídeo para personas inoculadas con estos productos (Carta abierta a un vacunado, https://t.me/akashacomunidad/2126), algunas personas se burlaron y dijeron que era absurdo ‘querer relacionar tantas y tan diferentes afectaciones a la salud como consecuencia de estos productos’. Quienes piensan eso, desconocen varios puntos: 1) el que el ARNm sintético tiene el potencial para inducir estados auto inflamatorios y autoinmunes, además de afectar negativamente la capacidad de reparar el daño en el ADN, y que el impacto de estos eventos celulares, a nivel del organismo dependerá, entre otras cosas, de a dónde llega el contenido de esas inyecciones (recuerden que al estar acoplado a nanopartículas lipídicas, es sumamente fácil que ese ARNm sintético entre en las células). Si llega al corazón, puede entrar en las células musculares del corazón y en las células endoteliales de los vasos sanguíneos, y ocasionar esos efectos ahí. ¿La consecuencia clínica? Miocarditis, pericarditis, infartos cardíacos, coagulopatías de todo tipo. Si llega al páncreas, podría provocar la muerte de células que producen insulina y glucagón, o de células que producen somatostatina, tripsinógeno, quimotripsinógeno, lipasa, amilasa, carboxipeptidasa, elastasa y varias nucleasas. ¿La consecuencia clínica? Pancreatitis aguda, cáncer pancreático o diabetes tipo I. Si llega a los ovarios, podría provocar la muerte de células foliculares o inducir tumores. ¿La consecuencia clínica? Alteraciones en la ovulación y en el ciclo estral, o cáncer. Si llega a pulmones podría provocar inflamación crónica alveolar. ¿La consecuencia clínica? Insuficiencia respiratoria, fibrosis pulmonar. Si llega al hígado, podría provocar destrucción de hepatocitos o falta de apoptosis. ¿La consecuencia clínica? Hepatitis, insuficiencia hepática, cáncer hepático. Si llega a los ojos podría provocar reacciones inflamatorias que acaben en la muerte de células corneales, de la conjuntiva, o, incluso, de la retina (que goza de privilegio inmune, y es pésima idea inducir una inflamación ocular seria por ese motivo) ¿La consecuencia clínica? Inflamación corneal, pérdida de visión. Si cruza la barrera hematoencefálica, podría distribuirse hacia distintos lugares del cerebro y encéfalo; si llegara, por ejemplo, al hipotálamo o a la pituitaria, entonces podríamos tener efectos diversos, como afectar el eje hipotálamo-hipófisis-gonadal, con impacto reproductivo, entre muchos otros.
Además, si llega a tejido nervioso del sistema nervioso central, entonces podría provocar muerte neuronal, con afectaciones diversas, desde signos y síntomas tipo Alzheimer, Párkinson, y otros procesos degenerativos.
¿Le sigo? Así que sí, claro que es amplia y diversa la gama de eventos adversos que pueden ocurrir en los inoculados con estos productos génicos.
No quiere decir que ocurrirá, quiere decir que puede ocurrir, que los mecanismos biológicos son plausibles, y que eso podría explicar lo que se está observando, a tasas sin precedente, en personas inoculadas.
He leído otra publicación, que también salió el año pasado, por Evers y colaboradores, que refuerza aún más la importancia de esto que menciono. El estudio se titula (traducido del inglés) “Entrega de ARNm modificado al miocardio dañado mediante la administración sistémica de nanopartículas lipídicas”. Es un estudio que no tiene nada que ver con las inoculaciones COVID. Nada. Los autores se enfocan en otra aplicación de esta tecnología basada en ARNm sintético modificado: intentan ver si puede ayudar a ‘reparar’ las células cardíacas dañadas durante un proceso isquémico (reducción de sangre hacia el corazón, que puede conducir a un infarto cardíaco).
Es un artículo bastante intenso en términos metodológicos. En esencia, lo que hicieron fue provocar isquemia severa en ratones (los anestesiaron, y ligaron la arteria coronaria descendente izquierda durante 60 minutos, y practicaron una reperfusión para inducir isquemia. Esto ocurre porque al carecer de oxígeno y nutrientes durante un rato, y luego recibir de nuevo la sangre se da una reacción paradójica, donde se exacerba el daño del corazón; https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK534267). Luego se les administró el ARNm sintético rodeado de nanopartículas lipídicas por vía de la vena de la cola, y vieron cómo se distribuía. Observaron que en los ratones que habían sufrido isquemia-reperfusión, tenían una acumulación marcada del ARNm en las células cardíacas en comparación con los que no sufrieron esa cirugía.
En la figura 2 del artículo pueden ver algo que es preocupante, pero que no debiera sorprendernos, ya que demuestra lo que ya sabíamos al haber leído el reporte que Pfizer dio a la Agencia Europea de Medicamentos en donde presentaban los resultados de bio distribución (EMA/707383/2020), o el estudio de Bahl y colaboradores quienes en 2017 reportaron que el ARNm sintético con nano lípidos de una ‘vacuna’ experimental contra influenza se movía hacia muchos órganos, incluyendo el cerebro (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28457665).
Más allá de las conclusiones de los autores, que se enfocan en su uso potencial para personas que sufrieron infartos, lo importante para lo que intento decirles es que ya no queda duda de que el ARNm sintético y los nano lípidos se distribuyen hacia otros órganos. En el reporte de Pfizer, no administraron la inyección por vía intravenosa, sino intramuscular, y también se distribuyó a otros órganos, pero si llega directamente a la vena, presumiblemente, su distribución sistémica es mayor y más rápida. Si ven el resumen gráfico de la publicación (https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0168365922000414?via%3Dihub#s0010), creo que les quedará bastante claro lo que intento decirles
¿Cómo es posible que las agencias sanitarias, que los ‘expertos’ que autorizaron estos productos desconozcan esta información? ¿Cómo es posible? Vale, tal vez no la conocían en 2020, tal vez no habían leído el estudio de Bahl y colaboradores del 2017, pero supongo que las agencias y los expertos recibieron el informe técnico de Pfizer. Y si sí, su autorización y recomendación sostenida es, en el mejor de los casos, negligencia profesional, y en el peor de los casos, una acción criminal.
Les saludo,
Karina AW
PD. En 20 palabras para los lecturodesafiados:
Lo que contienen las inyecciones de Pfizer y Moderna se mueve a diferentes órganos y puede causar daño en ellos.
Publicación original: https://t.me/akashacomunidad/2455