Estimados miembros de Akasha Comunidad:
Con base en estudios previos, aquí compartidos, sabemos que el ARNm sintético que contienen los viales de los productos ‘anti-COVID’ de Pfizer y de Moderna, permanece viable en los nódulos linfáticos de los inoculados, al menos durante 60 días (ver: https://www.cell.com/cell/fulltext/S0092-8674(22)00076-9), y sabemos que se encuentra la proteína Spike generada por la inoculación en diversos órganos y tejidos de algunas personas que fallecieron tiempo después de haber sido inoculadas (ver: https://www.mdpi.com/2076-393X/10/10/1651).
Se me ha preguntado mucho acerca de la posibilidad de que se encuentre el ARNm sintético de estos productos en la sangre de inoculados (es decir, que la sangre donada de una persona inoculada pudiera contener ARNm sintético). He abordado este tema en algunos mensajes (ver: https://t.me/akashacomunidad/2030), y expliqué que al menos parte del ARNm sintético se va a las membranas mucosas y a la sangre, lo que hace factible el que se pueda transmitir hacia otra persona, al menos durante un tiempo. También he mencionado que no contábamos con la evidencia directa de que, efectivamente, se encontraba este material sintético en la sangre. Sin embargo, el estudio reciente, que hoy quiero compartir y explicarles, ofrece justamente esa evidencia.
Samaniego Castruita y colaboradores son los autores de un artículo titulado (traducido del inglés) “Las secuencias vacunales del ARNm de Spike de SARS-CoV-2 circulan en sangre hasta 28 días después de la vacunación COVID-19” (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36647776) que muestra justo eso: que el ARNm sintético permanece viable en los inoculados, al menos durante 28 días después de haberlo recibido. Es un artículo interesante y decepcionante a la vez. Para empezar, es importante señalar que no era la intención de Samaniego Castruita y colaboradores el buscar secuencias de ARNm sintético de las inoculaciones ‘anti-COVID’. De hecho, era un estudio que se centraba en buscar secuencias del virus de Hepatitis tipo C (HVC, género hepacivirus) en pacientes con hepatitis C. Es decir, que fue completamente inesperado su hallazgo. No digo que fue producto del azar, porque dados sus resultados, es improbable que se trate de algo fortuito. Más bien, no se les había ocurrido investigar este fenómeno. Recuerden que es posible diferenciar entre las secuencias porque Pfizer y Moderna las modificaron, así que tienen partes únicas en esas secuencias. De hecho, había 100% de identidad en las secuencias encontradas con las secuencias de Pfizer y de Moderna, y en todos los casos se trataba de personas que habían sido inoculadas con estos productos así que no hay duda que se trata de ARNm sintético de las inoculaciones. La sangre fue colectada de 1 a 28 días post inyección, por lo que Las secuencias correspondientes a Pfizer y Moderna que encontraron las ‘subieron’ a la base de datos de GenBank con los números de acceso (OK120840, OK120841 y OK120842). Lo que discuten los autores me dejó, francamente, decepcionada. Sí explican que probablemente fueron subestimados los tiempos de degradación del ARNm sintético de estos productos [nota de KAW: prácticamente todos – científicos, médicos, algunos dentistas, y los medios – hacían referencia a los tiempos de degradación del ARNm celular, pero lo que contienen los productos de Pfizer y de Moderna no es ARNm celular, es ARNm sintético modificado que es resistente a la degradación, y no es válido simplemente transpolar el comportamiento del ARNm celular para hacer creer que estudiaron la farmacocinética y farmacodinamia del ARNm sintético modificado], aunque no parece preocuparles demasiado. No es válido, pero lo han hecho una y otra vez para ‘asegurar‘ a los incautos la seguridad de estos productos. De hecho, los autores indican en su introducción que “la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (IDSA) informa que el ARNm vacunal es degradado rápidamente por procesos intracelulares normales e indica que no hay evidencia de una detección por RNAseq a largo plazo del ARNm vacunal en personas vacunadas” (y citan dos fuentes, ninguna de las cuales realizó una búsqueda de secuencias de ARNm vacunal mediante RNAseq, y una de las dos ni siquiera es una publicación científica, sino un pasquín informativo de la sociedad citada, y la otra es una revisión, no un estudio). Además, los autores tienen de pronto el brillante planteamiento de que las partículas de nano lípidos (LNPs, por sus siglas en inglés) han de estar protegiendo el material genético y que además se están liberando estas partículas en la sangre. ¡Pues sí! ¡Esto se sabía!… justamente para eso cubren las moléculas del ARNm sintético con nanopartículas. Sin embargo, indican que les parece ‘bueno’ que circule más tiempo el ARNm sintético porque, así, las personas “tendrían una ventaja al estar produciendo proteína Spike por más tiempo” porque tendrían “una respuesta inmune continua”. Hmm… ¿qué podemos decir sin recurrir a injurias, aunque sean justificadas? Lo voy a intentar. Escribo, entonces, que me parece que estos autores se beneficiarían de leer lo que se ha publicado en relación con los efectos que ocasiona Spike en diferentes órganos y tejidos (aquí compartidos, poco a poco, desde hace 18 meses). Tampoco les vendría mal a los autores tomar un curso de recuperación académica de inmunología para recordar que no es idóneo tener respuestas inmunes continuas. Para un organismo, lo mejor es tener respuestas inmunes óptimas y moduladas, y no tener respuestas inmunes máximas y sostenidas. Si no quieren tomar el curso, tal vez al menos podrían escribir 1,000 veces la frase en negritas (lástima que no tengo la pluma de Dolores Umbridge). No soy partidaria de la técnica de enseñanza que dice que ‘la letra con sangre entra‘, pero en una de esas, les ayuda a captar el mensaje. También indica vehementemente el artículo de Samaniego Castruita y colaboradores lo siguiente, que traduzco para ustedes: “Hasta donde tenemos conocimiento, nuestro estudio es el primero en detectar secuencias de ARNm vacunal de Pfizer-BioNTech y Moderna en la sangre luego de la vacunación, y por lo tanto ofrece conocimiento nuevo sobre el tiempo durante el que puede ser detectado el ARNm. Este estudio examinó un grupo de pacientes positivos a HCV con sistemas inmunes presumiblemente funcionales, dado que la mayoría de los pacientes puede ser curado, y son negativos a ARN de HCV 12 semanas después del tratamiento con antivirales de acción directa. Un estudio prospectivo futuro para determinar la vida media del ARNm vacunal en los que reciben las vacunas podría realizarse usando PCRs específicos para [la secuencia de] el ARNm de la vacuna. Estos hallazgos son interesantes y debieran llevar a más investigación hacia el diseño de LNPs y vacunas de ARNm, pero debiera enfatizarse que nuestros datos de ninguna manera cambian la conclusión de que ambas vacunas de ARNm son seguras y efectivas”. ¡Wow! (espero que me conozcan lo suficiente para que esa interjección la hayan leído con tono sarcástico). Una discusión debe de centrarse – precisamente – en discutir los resultados del estudio. Los autores no estudiaron la seguridad ni la efectividad de estos productos. Lo que hicieron fue sorprenderse de algo que no esperaban encontrar: ARNm sintético de los productos ‘anti-COVID’ en pacientes inoculados, y lo encontraron incluso en personas que fueron inoculadas 28 días antes (lo que significa que podemos decir que el ARNm sintético al menos sigue viable en la sangre de algunas personas inoculadas hasta 28 días después. No significa que después de 28 días ya no está presente; son dos cosas muy diferentes). Ciertamente, su hallazgo inesperado no constituye evidencia experimental de que sean dañinas, pero sí constituye evidencia de que aquello que se decía, como “el ARNm de las vacunas se degradará en apenas unas horas” se sustentaba en humo. Y la gente – miles de millones de personas – extendieron el brazo para recibir las inyecciones, confiando en que lo que se les dijo era verdad. No lo era. Este hecho, el que permanezca viable el ARNm sintético de las inoculaciones en la sangre es motivo de alerta y de preocupación. ¿Por qué? Porque varias de las secuencias encontradas en la sangre eran completas. Eso significa que si alguien recibe sangre con ARNm sintético de las inoculaciones y este ARNm sintético entra en las células endoteliales o de diferentes órganos y tejidos de quien recibe esa sangre, va a generar proteína Spike que es el factor de virulencia de mayor relevancia de SARS-CoV-2, con infinidad de efectos nocivos ya identificados y publicados (por ejemplo, ver: https://t.me/akashacomunidad/2422, https://t.me/akashacomunidad/2423). Además, significa que es posible que ese ARNm sintético que ahora recibió la persona, interactúe con las moléculas de las células que llevan a un estado pro inflamatorio y auto inflamatorio, que enciende la expresión del elemento retro transponible LINE-1 (https://www.mdpi.com/1467-3045/44/3/73/htm), que disminuyen la capacidad de reparación del ADN de esas células (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36718314). Para finalizar, aunque Samaniego Castruita y colaboradores (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36647776/) traten de decir que ‘caramba, fue inesperado pero tal vez hasta es bueno, y no significa que estos productos no sean lo mejor que le ha ocurrido al humano desde la invención de la rueda’, las implicaciones de sus resultados son importantísimas y, si viviéramos en un mundo donde los tomadores de decisiones fueran racionales, íntegros y preocupados por la salud de la población, sería suficiente para decir, públicamente, ‘¡Esperen! Debemos parar las inoculaciones, ya que lo que pensábamos que ocurría con el ARNm sintético no ocurre en realidad así, y no sabemos lo que podría significar para la gente’… claro, si fueran racionales, íntegros y preocupados por la salud de la población, no hubieran – jamás – aceptado ni el 10% de todo lo que se le ha impuesto a tanta gente, desde confinamientos, uso de mascarillas, protocolos médicos iatrogénicos, prohibición de productos terapéuticos demostradamente seguros y efectivos, y, por supuesto, estos productos de los que no se contaba con certeza de su seguridad. ¡Si fueran racionales, íntegros y preocupados por la salud de la población, otro mundo sería el nuestro, y yo ahorita no estaría escribiéndoles este mensaje! Espero que esto sea de utilidad para ustedes, y les saludo, Karina AW Publicación original: https://t.me/akashacomunidad/2465
Lo que hicieron los autores fue tomar muestras de sangre de 108 pacientes, como parte de un estudio sobre la infecciosidad del HVC en Dinamarca. Para esto, extrajeron el ARN total de las muestras de sangre, y las secuenciaron (técnica conocida como RNAseq) mediante la plataforma NextSeq de Illumina, que permite leer fragmentos de 150 bases a la vez, y lo hace de forma traslapada entre los fragmentos, lo que permite ensamblar las lecturas posteriormente en una computadora, como si fuera un rompecabezas. En otras palabras, no es, como algunos pueden pensar, una técnica que ‘diseña’ o que ‘inventa’ secuencias en una computadora, sino un ensamblaje de secuencias (es decir, el orden de bases nucleotídicas A, U, G o C) que fueron leídas en una plataforma a partir de material biológico real.
Entonces, al ver los resultados de la secuenciación, ¿cuál sería su sorpresa que se encontraron con que había secuencias correspondientes al ARNm sintético (ese que contiene la información para sintetizar Spike de SARS-CoV-2) de Pfizer y de Moderna en la sangre de 10 de los pacientes. Esto correspondió al 9.3% de los individuos del estudio.