Estimados miembros de Akasha Comunidad:
Entre las muchas noticias que han circulado en estos días, se ha difundido el que ahora se podrá ‘vacunar a la gente a través de la comida‘ y hay personas que parecen estar muy preocupadas. Aclaro que es un tema complejo y con muchas aristas, así que intentaré explicarlo aquí lo mejor posible, comenzando con el tema en este mensaje y lo seguiré haciendo en otros que desarrollaré en los siguientes días.
La noticia de las vacunas en productos de origen animal se derivó a partir de una publicación (https://www.mdpi.com/2076-393X/11/3/673), titulada (traducida del inglés) “La entrega intraduodenal de exosomas cargados de ARNm de RBD de SARS-CoV-2 induce una respuesta de anticuerpos neutralizantes en ratones“. En el estudio, los autores, Zhang y colaboradores, reportan haber desarrollado y evaluado una “vacuna” de ARNm sintético oral que se basa en exosomas derivados de la leche de las vacas. En este punto, necesito hacer un paréntesis y explicar lo que son los exosomas:
Los exosomas son, simplemente, vesículas, derivadas del interior de la célula y que salen de ella. Digamos que son bolsitas minúsculas, de unos 30 a 150 nm (recuerden que un nanómetro es una milésima parte de una micra, y una micra es una milésima parte de un milímetro) acopladas a la membrana plasmática de la célula que normalmente sirven para sacar de una célula fragmentos de ácidos nucleicos, proteínas, lípidos, y hasta hormonas para que lleguen a otras células, incluso a distancias considerables en el organismo, siempre y cuando viajen por sangre. Pueden leer más sobre los exosomas en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24709024 y https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7717626/, y si quieren algo un poco más ‘clavado’ pueden leer: https://biosignaling.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12964-021-00730-1.
Cuando se observan los exosomas bajo microscopía electrónica, son bastante parecidos a algunos tipos de virus envueltos, de simetría icosaédrica o helicoidal cortos (como el “virus de influenza” o el “virus del sarampión”), y eso ha llevado a algunos a plantear que los virus no son tal, sino exosomas. Es muy probable que en muchos casos, lo que se observa en un tejido bajo microscopía electrónica sea, precisamente, exosomas, pero esto no aplica para todos los casos. Esto es porque, 1) no todos los virus son envueltos, 2) a diferencia de los exosomas, los virus envueltos tienen proteínas de origen viral (es decir, que no están presentes en las células del organismo hospedero) y 3) los virus tienen un genoma diferente al de las células del organismo hospedero. La existencia – bien demostrada – de los exosomas no es evidencia de la falta de existencia de los virus. Se trata de cosas diferentes.
Entonces, Zhang y colaboradores (https://www.mdpi.com/2076-393X/11/3/673) presentan el desarrollo de una “vacuna” (son sus palabras, no son mías) oral de ARNm sintético que se basa en exosomas que están en la leche de las vacas (milk-exos, en inglés). Lo que reportan haber hecho fue meterle a esos milk-exos la secuencia de ARNm sintética que codifica para la parte del dominio de anclaje al receptor (RBD, por sus siglas en inglés) de la proteína Spike de SARS-CoV-2. Hicieron una parte del estudio in vitro, con células humanas de la línea 293T a las que transfectaron (recuerden que transfectar quiere decir ‘meter ADN o ARN al citoplasma de una célula’), y vieron que esas células, tal y como se esperaría, comenzaron a producir péptidos (fragmentos de una proteína) de la región RBD de Spike. La segunda parte del estudio fue con ratones, a los que les administraron intestinalmente los milk-exos con el ARNm sintético de RBD-Spike, y vieron que generaban anticuerpos contra RBD. Eso llevó a los autores a concluir que “las vacunas de ARNm contra RBD de SARS-CoV-2 en exosomas derivados de leche de vaca son una forma fácil, barata y novedosa de introducir inmunidad contra SARS-CoV-2 in vivo” y rematan diciendo que su sistema podría ser una “nueva forma de administrar ARNm de forma oral“. Por cierto, no sé si sea un problema del lenguaje (son autores chinos de instituciones chinas, así que podría ser un problema de la traducción, pero, me salta el uso de la palabra introducir… la inmunidad no se introduce, se genera).
Antes de estresarnos (motivos reales, ya tenemos suficientes; así que tratemos de evitar hacerlo por cosas que en sí mismas no son preocupantes), veamos lo que realmente hicieron, sobre todo antes de titubear si servirnos o no leche en nuestro cereal. Lo que hicieron con los ratones fue inyectarles directamente al duodeno (la primera parte del intestino delgado) a cinco ratones una concentración de 0.5 mg de ARNm-milk exo en 1000 uL (1 mL) y a tres ratones 1000 uL de solución salina. Los sacrificaron a las siete semanas de haber iniciado el experimento, y midieron la respuesta (presencia y cantidad de anticuerpos contra RBD-Spike en la sangre). Este punto – es decir, la forma de administrarles los exosomas con el ARNm sintético – es indispensable que quede clara. Los ratones no bebieron leche como hacemos normalmente los animales, es decir, por la boca. Les fue administrado directamente al intestino mediante inyecciones. Supongo que no es necesario decir que la inyección intraduodenal no es una forma normal de beber leche, pero por si hubiera duda en algunos, lo dejo aquí por escrito. De ninguna manera es igual a que si se bebiera. ¿Por qué? Pues, porque entre la boca y el duodeno tenemos un territorio peligroso. Me refiero al estómago. Y es peligroso para lo que ahí entra porque tiene, en los mamíferos omnívoros, un pH de 2.9 (más menos 0.33; https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4519257/). Ese pH tan bajo, junto con la presencia de enzimas pancreáticas, como proteasas (destruyen las proteínas), lipasas (destruyen los lípidos), así como amilasas, lactasas, maltasas y sucrasas (destruyen diversos azúcares) resulta devastador para lo que a nuestro estómago entra. Como digo, es un territorio peligroso, donde las vesículas exosómicas (que son, como expliqué antes, bolsitas hechas de membrana plasmática, que se compone de lípidos y de proteínas transmembranales) no tienen mucha posibilidad de salir intactas hacia el intestino.
Por eso lo inyectaron al duodeno directamente, saltándose así el bajo pH y las enzimas degradadoras. En el intestino de los ratones, los exosomas entraron (transfectaron) a las células entéricas quienes comenzaron a producir los péptidos RBD-Spike, activando al sistema inmune para producir anticuerpos mucosales (esto no lo midieron, aunque sería lo esperado que ocurriera), y también que fueran absorbidos los exosomas hacia la sangre, generando así la activación del sistema inmune sistémico una vez que se transfectaran otras células, como las células dendríticas.
En ese sentido, si ustedes son bebedores de leche de vaca, en este momento parece que, aunque, de manera escondida, esa leche contuviera exosomas que arropan ARNm sintético, es improbable que estos pudieran sobrevivir a las complicadas condiciones gástricas. Si a ustedes les gusta la leche y la consideran sana para sus cuerpos, beban tranquilos, aunque dada la cantidad de hormonas, antibióticos y demás químicos que los veterinarios y ganaderos le dan a las vacas criadas para la producción de leche, tal vez podrían contemplar beber algo producido de forma más orgánica. Es altamente improbable que al beber la leche, hoy a 11 de abril de 2023, estén recibiendo ustedes ARNm sintético que pudiera llegar invicto a su intestino y así fueran ustedes inoculados en contra de su voluntad.
Eso sí, Zhang y colaboradores son conscientes de esta limitación, e indican estar desarrollando cápsulas entéricas para que ese producto pudiera llegar invicto al intestino luego de ser tomado como una pastilla (lo dicen al final de su discusión). Así que, de que están contemplando la vía oral para inoculaciones, eso es un hecho, pero de que a partir de esta publicación se pueda decir que si bebemos leche estarán vacunándonos, eso es simplemente incorrecto.
Aclaro que de ninguna manera estoy diciendo con esto que escribo que no sea verdad que sea intención de las farmacéuticas y demás poderes fácticos la vacunación de animales de granja con estos venenos basados en ARNm sintético. En un siguiente mensaje hablaré largo y tendido sobre esto. Claro que es la intención, y, de hecho, ya se ha comenzado a hacer en cerdos desde el 2018, y no, no tenemos estudios que hayan determinado que esto sería seguro para el humano. ¡Ni un solo estudio! Es, de hecho, pésima idea hacerlo, aunque eso no ha detenido a Merck ni a otras farmacéuticas veterinarias. Sin embargo, el artículo de Zhang y colaboradores no constituye evidencia de que si bebemos leche de vaca podemos ser “vacunados” contra nuestra voluntad. Ya puedo ver a los más aguerridos defensores-de-sus-creencias-convencidos-de-que-son-la-verdad, levantando el dedo acusador para señalarme de disidencia controlada y de mala persona, pero, en verdad, lo que intento hacer aquí es explicar ese artículo de Zhang y colaboradores (https://www.mdpi.com/2076-393X/11/3/673) de forma que les quede claro lo que significa su estudio en este momento en el tiempo. No puedo controlar lo que Zhang, ni lo que la gente de las farmacéuticas hagan, ni tengo forma de saber qué tecnología ya está disponible pero secreta. Con la información disponible al día de hoy, ese artículo no puede ser tomado como evidencia de que la leche de vaca está contaminada de ARNm sintético que servirá para ‘vacunarnos’.
Espero que esta información les sea de utilidad y les mando saludos, Karina AW
PD. Como dato curioso, cada vez cae más al hoyo el proceso editorial científico. Si ven el inicio de la publicación de Zhang y colaboradores, verán que fue revisado su estudio el 7 de marzo de 2023 y aceptado el 11 de marzo de 2023 (cuatro días para ser aceptado… no sé si gritar, maldecir, llorar o reír). ¡Qué vergüenza el mal chiste en el que se ha convertido el proceso de evaluación por pares!