Estudio sobre la composición y ultra estructura de los hisopos de las pruebas rápidas de COVID

Estimados miembros de Akasha Comunidad:

Desde hace unos meses, comenzamos a realizar un estudio sobre la composición y ultra estructura de los hisopos que se utilizan para las pruebas rápidas de COVID. Mucho se ha especulado en diversos foros acerca de que podrían contener los hisopos contaminantes varios, incluyendo al óxido de grafeno y que al introducirlos en la nariz, estos contaminantes podrían fácilmente acceder a cerebro, dada la anatomía de las fosas nasales y de la base de cerebro. Sin embargo, no existe (al menos no lo hemos encontrado), ningún reporte que presente evidencia sistemática sobre su presencia en los hisopos.

Cuando planteamos realizar el estudio, nos dimos cuenta de que nadie, y digo nadie, a nivel mundial, había publicado nada sobre la composición de las fibras de las cabezas de los hisopos. Quizás porque se ‘da por hecho’ que se trata de fibras sintéticas que son para uso médico, y si son para eso, no debieran tener nada con potencial dañino, ¿no? Pero el asunto es que desde la mirada científica, no podemos ‘dar por hecho’ nada, sino investigarlo. Lo que sí se ha hecho es analizar otros aspectos de los hisopos (como cuánto material genético retienen, cosa que sería importante de considerar para las pruebas diagnósticas) y hay un par que han realizado análisis de microscopía electrónica desde esa perspectiva (es decir, para ver la superficie de adhesión de los distintos materiales). Sin embargo, estudios sobre su composición no había ni uno solo. Nos parecía importante investigar la composición dada la gran cantidad de pruebas que se están realizando, incluso a tres años de haber sido declarada “la pandemia de COVID”, y dado el que muchos de los hisopos se fabrican a través de impresión digital 3D, lo que implica que podría haber elementos residuales del proceso de manufactura en los hisopos.

Por eso, conseguimos pruebas para COVID de cinco marcas comerciales, y les realizamos análisis de microscopía electrónica de barrido para observar la ultra estructura de los hisopos, además de un análisis de espectroscopía EDX (un método que se basa en dispersión de rayos X) para determinar y cuantificar los elementos químicos que conforman la cabeza del hisopo y que están en contacto con el epitelio mucosal cuando se introduce a la nariz. Hemos escrito el artículo con nuestros resultados, y se encuentra ahora en revisión en una revista científica; también lo subimos a un repositorio para que ya pueda ser leído y comentado. Nuestro estudio se titula (traducido del inglés) “Microscopía electrónica y espectroscopía EDX de hisopos comerciales usados para las pruebas de flujo lateral de COVID-19” y lo pueden descargar, leer y compartir desde https://doi.org/10.22541/au.167303816.61543033/v1

Lo que encontramos en nuestro estudio (https://doi.org/10.22541/au.167303816.61543033/v1) fue inesperado y preocupante por sus implicaciones potenciales a la salud. Entre los elementos detectados estaban metales de transición, como el titanio y el circonio, además de aluminio, silicón y flúor. La cantidad de algunos de los elementos detectados llega a los límites de toxicidad inhalada que reportan agencias como la EPA y la OMS. Resulta preocupante que estudios diversos experimentales, realizados en las últimas décadas han mostrado que entre los efectos nocivos de exponerse de forma inhalada a varios de los elementos químicos que detectamos, está la generación de estados inflamatorios moderados a severos, además de incremento en la proliferación celular.

Sé que para mucha gente el estarse haciendo pruebas es casi igual que comer dulces, y que hay personas que se realizan pruebas varias veces a la semana desde hace tiempo (por requisitos laborales, o por miedo recalcitrante), pero sería bueno que conocieran este estudio y se den cuenta de lo que están aplicando a su cuerpo. Nosotros pedimos cautela y pedimos evitar utilizar estas pruebas, sobre todo en personas que no tienen ningún síntoma. En el caso de personas que tienen síntomas típicos de un resfriado, tal vez tendrían que preguntarse de dónde viene tal necesidad de ponerle “nombre y apellido” a su congestión nasal, estornudos, dolor de garganta y tos (que han tenido cada año durante casi toda su vida). Si las pruebas que se usan fueran válidas para diagnosticar COVID (no lo son), si se tratara de un padecimiento con un tratamiento único y especial (no es así), aún así tendrían que saber que están aplicándose metales de transición y otros elementos químicos que inducen la inflamación y que pueden ser perjudiciales. ¡Y hasta se lo están aplicando a bebés! El mismo hisopo con la misma concentración de esos elementos que no debieran estar ahí, se los aplican a seres que pesan una fracción de lo que pesa un adulto.

¿Contienen grafeno los hisopos? Basado en el análisis de microscopía electrónica no encontramos evidencia alguna de su presencia. Y con el análisis de rayos X no podemos diferenciar su posible presencia, dado que el grafeno está formado por carbono, y el carbono es el elemento más importante de la celulosa (formada por átomos de carbono principalmente, además de oxígeno e hidrógeno), así que no sería posible determinar la presencia atómica del grafeno (el grafeno esta formado por láminas de carbono), pero vuelvo a aclarar que en el análisis ultraestructural no vimos ningún elemento que sugiriera la presencia de grafeno de forma que alterase la estructura de las cabezas de los hisopos.

Es importante que la gente conozca estos resultados y sus implicaciones antes de seguir introduciéndose el hisopo en la nariz como si no hubiera mañana. No tienen nada que hacer esos elementos químicos detectados, ni en los hisopos, ni mucho menos en su epitelio nasal.

Es importante que quede claro que con este primer estudio no podemos saber cuánto de los elementos detectados se queda en el epitelio nasal, cuánto entra en el torrente sanguíneo, cuánto baja a pulmones. No lo sabemos, y requeriría estudios experimentales con animales a los que se tendría que sacrificar; son estudios que yo, al menos, no haré. Sin embargo, el estudio muestra la presencia de estos elementos químicos con efectos nocivos conocidos, que pudieran haberse derivado del proceso de manufactura, pero que simplemente no debieran estar ahí y que no están reportados por los fabricantes.

Espero que les sea de utilidad el estudio, y les saludo, Karina AW

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