Estimados miembros de Akasha Comunidad:
¡Caramba! Me voy a una isla desierta por 10 días y, a la vuelta, el escenario se ha transformado en un caldero de festivales de la farándula con temáticas satánicas, voces de ‘alarma’ sobre el riesgo de la influenza aviar H5N1 que está siendo detectada en diversos mamíferos, globos de espionaje Chino que son derribados por el ejército estadounidense, objetos voladores no identificados que sobrevuelan los cielos del norte de Estados Unidos, de Canadá, Francia y Uruguay, y, para coronar, choques y descarrilamientos de trenes que cargan sustancias químicas peligrosas. En los medios oficiales y redes sociales se manejan infinidad de hipótesis y teorías sobre estos eventos, desde una inminente invasión alienígena, una nueva pandemia que se avecina, y una tercera guerra mundial. ¡Uf! Para regresarse a la isla.
No pretendo demeritar ni un ápice de lo que han sufrido los afectados por esos eventos, y menos pretendo decir que conozco la verdad sobre ellos. Como ocurre para todos los temas espinosos, habrá bandos, y cada vez más me alejo de los bandos – la polarización no permite que surja algo nutritivo para la humanidad. Sin embargo, independientemente de que sean o no genuinos esos hechos (es decir, que se trate efectivamente de objetos aeroespaciales alienígenas o que esté a punto de explotar la guerra entre China y los Estados Unidos), el hecho es que se trata de distractores m-u-y e-f-e-c-t-i-v-o-s.
La Dra. Jessica Rose, quien me parece un ser humano inteligente, íntegra hasta donde la percibo, cáustica en su humor (cosa que me agrada mucho, como sabrán los que me han leído desde hace tiempo) y bastante certera en muchos de sus análisis sobre diversos temas, escribió hace unos días (el 11 de febrero, 2023) en su blog al respecto de esta distracción (https://jessicar.substack.com/p/while-everyone-was-distracted-they). El punto que menciona es importantísimo: mientras la atención del público se centraba en los diversos distractores, los ‘expertos’ del NHS votaron para que fueran añadidas las inoculaciones ‘anti-COVID’ en el calendario de vacunación de los bebés (en los Estados Unidos) a partir de los seis meses de edad. Esto incluye las que se basan en ARNm sintético.
Lo que esto significa es peor que una noticia sobre dos globos espías: significa que las farmacéuticas están libres de cualquier responsabilidad (ya no importa el que estén autorizadas o aprobadas) por los siglos de los siglos. En otras palabras, si alguien lleva a su bebé a una cita de revisión pediátrica, le aplican la inoculación ‘anti-COVID’ y tiene una reacción adversa o efecto grave sobre la salud, no habrá forma de fincar responsabilidad a la farmacéutica. Esto es lo mismo que ocurre con las vacunas previas al COVID. Al estar en la cartilla pediátrica, adquieren ‘inmunidad de cobija‘ contra cualquier reclamo. En palabras de Jessica, ‘es una locura‘. Ahora, en los Estados Unidos, un bebé es vacunado por ley 26 veces antes de cumplir 15 meses de edad (https://www.cdc.gov/vaccines/schedules/hcp/imz/child-adolescent.html), lo que incluye las tres dosis de productos génicos.
Quizás aquellos que no viven en los Estados Unidos pensarán ‘qué barbaridad‘ y se congratularán de no residir en ese país; pero, vale el esfuerzo recordar que la FDA, el NHS y la CDC marcan la pauta de la mayoría de las decisiones de las agencias y ministerios de salud de otros países.
Jessica hizo una revisión de los datos de VAERS y nos deja saber que al 10 de febrero, van 3,610 reportes de eventos adversos asociados a la inoculación ‘anti-COVID’ en niños menores de 4 años (incluyendo niños de 0 a 2 años, en los que no ha sido ‘autorizado’ su uso). ¡3,610!
De acuerdo con los datos de la CDC, 2 millones de niños menores a 4 años han recibido al menos una dosis de esos productos génicos. Si tomamos el dato de 3,610 reportes de eventos adversos como si fuera el número real (recuerden que hay un sub reportaje – en el mejor de los casos, debe de multiplicarse por 10, en el peor, por 31 – en cuanto a lo que realmente ocurre; https://cf5e727d-d02d-4d71-89ff-9fe2d3ad957f.filesusr.com/ugd/adf864_0490c898f7514df4b6fbc5935da07322.pdf), significaría que la tasa de ocurrencia de eventos adversos es de 0.19%; es decir, 2 de cada mil bebés inoculados con ese producto tienen un problema de salud que amerita ser reportado. ¿Les parece poquito? ¡No lo es! Sobre todo, si tomamos en cuenta que: 1) COVID-19 suele no ocasionar problemas de salud en niños que no tienen problemas inmunes, y 2) en realidad están sub reportando en VAERS. Si aplicamos el factor de corrección más reciente (X 31), estaríamos hablando de 111,910 bebes que podrían haber tenido eventos adversos luego de ser inyectados en el brazo con estos productos génicos (5.5% de los inoculados).
‘Qué constructo social más trágico habitamos‘ escribe Jessica. Coincido; pero, ¿saben? podemos cambiar ese constructo social. En la charla que di ayer para la Asamblea de la WCH (https://akashaconciencia.org/ac20230214-1/), mencioné la fábula de la rana y el escorpión – probablemente conocida por todos ustedes, y que siempre me ha desagradado, ya que la rana es el arquetipo de la víctima. Pero resulta que la fábula original es muy, pero muy, distinta. Para empezar, no se trataba de una rana, sino de una tortuga, y el escorpión no le puede hacer daño porque ella tiene una coraza protectora; además, la tortuga decide ahogar al escorpión por su perversidad. Bien distinta la fábula,¿no les parece? Yo no sé ustedes, pero si de fábulas se trata, yo elijo ser tortuga y no rana. Basta ya de aceptar, cual anuro victimista, ese constructo social. Ese no es algo inamovible; lo construimos nosotros. ¡A construir! ¿Alguien puede traer más tabiques y argamasa?, que esto no se construye solo.
Con cariño, Karina AW
Publicación original: https://t.me/akashacomunidad/2448