Estimados miembros de Akasha Comunidad:
Hay un género viral, poco conocido por el público en general, que se llama Alphavirus. Este género, que pertenece a la familia Togaviridae, contiene virus que no están asociados a muchas enfermedades; aunque en el 2004 se lo relacionó con casos de encefalitis (inflamación del cerebro) en personas con un cuadro febril y de dolor articular (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15200824), cuadro conocido como la ‘Enfermedad de Pogosta’. Si no han oído hablar de él es porque es infrecuente.
La razón por la que les escribo sobre estos virus es por algo muy importante. Estos virus fueron propuestos, desde el año 1989 (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/2922607), como la base para hacer terapia génica basada en “ARN auto replicante”. A pesar de esa propuesta hace casi 40 años, es hasta hace poco que se han comenzado a hacer ensayos clínicos basados en estas aplicaciones que van desde medicamentos contra cáncer a inmunizaciones. Esto de ‘ARN auto replicante’ en realidad quiere decir ‘ARNm sintético modificado que se copia solo’. Es posible que algunos de ustedes ya hayan sentido un escalofrío al leer esto, pero, para que a todos les queden claras las implicaciones de esta tecnología, primero necesito explicar algunas cosillas:
1) Los Alphavirus tienen un genoma de ARN de cadena sencilla, de poquito menos de 12,000 nucleótidos (es decir, casi tres veces más chico que SARS-CoV-2) y que al ser de dirección positiva (si vieron mis clases de Virología saben que se denota como 5’-3’), contar con caperuza en el extremo 5’ y con una cola poliadenilada en el extremo 3’, puede ser leído por los ribosomas fácilmente. Lo único que tiene que hacer ese genoma es llegar a ellos, y comenzarán a producirse las proteínas con base en las instrucciones que contiene ese genoma. En este sentido, su tipo de genoma es parecido al de SARS-CoV-2 (no me refiero a la secuencia del genoma, sino al tipo de material que lo conforma).
2) La primera parte del genoma consta de genes que codifican para proteínas no estructurales del virus (es decir, que no van a formar parte de la cápside del virus, sino que servirán como un complejo de replicación). Esto quiere decir que esa primera parte del genoma contiene las instrucciones para generar la enzima que se encarga de hacer miles de copias del virus. Esto es crucial de entender, porque, para quienes lo han propuesto (y lo están desarrollando) como la base para las terapias génicas, es una característica única: pueden tomar esa parte del genoma de los Alphavirus, quitarles la segunda parte (la que contiene las proteínas estructurales) y en su lugar poner la o las secuencias que se desea que las células transfectadas comiencen a producir.
Cuando pensamos en la tecnología basada en ARNm para terapia génica (como lo son las inoculaciones de Pfizer y de Moderna), al menos sabemos que la cantidad de ARNm sintético que entra en las células es el 100% de las instrucciones. Es decir, si en la inyección de Pfizer van 10 o 100 o 1,000,000 de moléculas de ARNm sintético modificado que contiene las instrucciones para que produzcamos la proteína Spike de SARS-CoV-2, ese número será el máximo de instrucciones recibidas. Cuando se degraden en meses (ya sabemos que, al menos, en 60 días post-inoculación siguen viables), esas instrucciones ya se acabaron, y nuestras células dejarán de producir Spike. En cambio, cuando pensamos en la tecnología de ARNm basada en Alphavirus la cosa es muy distinta. Esto es porque esa primera parte del genoma de los Alphavirus contiene las instrucciones para hacer la enzima que copiará muchas – muchas – veces toda la secuencia, incluyendo la secuencia de ARNm que se haya añadido, además de la misma enzima de replicación. Algo así como una historia-sin-fin (al menos hasta que el sistema inmune se de cuenta de que está ahí un invasor y las células transfectadas sean destruidas). En otras palabras, al usar ARN auto-replicante (srRNA, por sus siglas en inglés), incrementamos radicalmente la cantidad de proteína que se va a generar, además del tiempo durante el cuál las células la van a generar.
Incluso, se menciona que lo que “frena” el uso generalizado de la tecnología basada en ARNm sintético es que es inestable y tiene baja eficiencia de biodistribución (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32698494)… ¡caramba! Dado lo que ahora sabemos de los reportes de Pfizer que fueron enviados a todas las agencias reguladoras sanitarias, que, como he explicado en varios seminarios, muestra cómo se distribuye hacia casi todos los órganos, y a los estudios que han mostrado que dura hasta 60 días viable en los nódulos linfáticos de los inoculados, no quiero ni pensar en lo que sería algo estable y con alta eficiencia de biodistribución!
Los promotores de esta tecnología añaden que, como se le retiró la segunda parte del genoma, no va a hacer más proteínas que puedan ser identificadas por el sistema inmune (lo que ocurre, por ejemplo, con las inoculaciones que se basan en vectores adenovirales, como Janssen, AstraZeneca, Cansino y Sputnik). Puedo ver cómo esto sería visto como algo bueno por parte de quienes están elaborando fármacos que buscan suplir una enzima deficiente (como, por ejemplo, deficiencias de lipasa pancreática) o que quieren controlar el cáncer (haciendo, por ejemplo, que un paciente exprese las proteínas que llevan a esas células cancerígenas a ser destruidas). El que se trate de algo que dure mucho tiempo sería lo que se buscaría. El problema es que, dado lo que cada vez conocemos más sobre la (falta de) seguridad de estos productos, las interacciones moleculares del ARNm sintético en nuestras células, y los muchísimos problemas de salud que pueden inducir, pensar ahora en un producto que dure muchísimo más y sea más difícil de eliminar del sistema de los inoculados es para horrorizarse.
Además, son baratísimas de producir, porque lo único que se requiere es la secuencia genómica del Alphavirus y la secuencia que se desea usar (como, por ejemplo, la secuencia para producir Spike de SARS-CoV-2). Incluso, se pueden usar nanolípidos para meterlo en la célula; ni siquiera hace falta el Alphavirus. Dicho sea de paso, no solamente se puede hacer con los Alphavirus; tienen las mismas características los Flavivirus, Nodamura virus y Nidovirus. Con cualquiera de estos genomas se pueden generar partículas virales replicativas (VRPs, por sus siglas en inglés).
Y, ¿por qué les escribo sobre esto? Porque resulta que hay, en este momento ocho ensayos clínicos con terapia anticáncer basadas en estos productos y 11 ensayos clínicos fase I, II y III con “vacunas” basadas en estos productos (desde VIH hasta Rabia) (ver: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8861484). Y entre las “vacunas” basadas en estos productos está Pfizer, con un producto de ARNm auto-replicante anti-SARS-CoV-2, que comenzó sus ensayos clínicos desde el año 2020. Yo no tenía idea de esto. Lo han tenido bastante calladito, digamos. Por algo será.
El asunto es que Pfizer desarrolló, desde inicios de 2020, varios candidatos “vacunales”, y entre ellos está el conocido BNT162b2 (el nombre oficial de la secuencia de ARNm sintético modificado de Pfizer, que contiene las instrucciones para hacer la proteína Spike – completa y optimizada – de SARS-CoV-2). Sin embargo, también ha desarrollado BNT162c2, que es, precisamente, basado en el ARNm auto-replicante (vean los detalles del ensayo clínico de Pfizer en https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04380701). ¿Cuántas personas que participaron en el ensayo recibieron esa tecnología auto-replicante? (lamentablemente, es tan escueta la información presentada en la página del ensayo clínico, que no podemos saberlo). Tampoco encuentro nada – nada – de estudios científicos publicados. Glaxo-Smith Kline desarrolló tres productos basados en esta tecnología (https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04762511, https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04758962, https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04062669) y tampoco han publicado nada. Y, en esos azares extraños tan propios de nuestra era pandémica, hasta hay una farmacéutica llamada Arcturus que está desarrollando dos “vacunas” basadas en ARNm auto-replicante (https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05012943). Supongo que es absoluta coincidencia que se llame su producto igual que la variante nueva de SARS-CoV-2 con la que buscan azuzar el miedo de las masas en estos días (https://as.com/actualidad/arcturus-la-nueva-variante-de-la-covid-con-mayor-capacidad-de-transmision-n).
Es importante que conozcan estas tecnologías, sobre todo porque la tendencia es que esta será la tecnología que se usará para hacer inmunizaciones y terapias en un futuro no lejano, a menos de que, desde el conocimiento, desde la cabeza fría, exijamos las certezas de seguridad de su uso, a corto, mediano, y largo plazo en el humano y en animales domésticos (certezas que no existen a la fecha). Cualquier político, médico (dentista) y hasta los influencers pueden articular palabras para decir “son productos seguros”. Pero, esas palabras no tienen base. ¿Por qué? Porque, al igual que para las inoculaciones de ARNm sintético modificado (como Pfizer y Moderna) no hubo un solo estudio que haya estudiado, en el humano, la seguridad más allá de algunos meses, y no hubo un solo estudio que evaluara interacciones con el genoma, genotoxicidad, mutagenicidad, estimulación de estados auto-inflamatorios, etc. Para que tengan una idea, lo que se ha publicado sobre estudios de seguridad del ARNm sintético autoreplicante ha sido en ratas (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36472205) y ratones (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34990810) y, de nuevo, durante tiempos muy cortos, sin estudiar ni una sola vez esos efectos intracelulares.
Si no decimos nada, es muy probable que en poco tiempo, sea esta la tecnología en la que se basen las inyecciones que nos pidan, exijan u ordenen que nos apliquemos en el siguiente brote epidémico, o, simplemente, como parte de las inmunizaciones anuales que algunos corren a aplicarse. Esto sin saber, ni remotamente, el abanico de las consecuencias que traerán. Y es por eso por lo que les he compartido esta información.
Les saludo, Karina AW
PD. Para quienes no gustan leer, no tienen tiempo o están con un ataque de pereza, va la versión resumida:
Las inoculaciones de ARNm sintético auto-replicante son como el conejo publicitario de las pilas alcalinas: sigue y sigue y sigue copiándose, sin detenerse ni ser eliminado. Ustedes dirán si dejan, con pasividad o desconocimiento, que estas sean las siguientes inoculaciones que se aplique a la gente.
Publicaión original;
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