Estimados miembros de Akasha Comunidad:
Sé que es fin de semana, pero no puede esperar lo que quiero decir. Siento profundamente lo que ha ocurrido en Acapulco y Coyuca de Benítez. No lo digo de dientes para afuera. Desde hace unos días no sabía si mi hermana y mi cuñado se encontraban bien. Afortunadamente hace rato pude confirmar que ellos están bien aunque perdieron todo lo que tenían. Al final, eso no es lo esencial, aunque pueda parecer que sí; lo esencial es que estén vivos. Agradezco infinitamente que lo estén. Muchos (evidentemente, más que la cifra oficial de 36) no lo están.
La historia de mi hermana y mi cuñado es la de decenas de miles, o más, de personas que han perdido todo, y mi corazón se extiende hacia cada uno de ellos. No tenemos que tener lazos de sangre para sentir profundamente el dolor de otros, ni siquiera tenemos que conocer a alguien para sentir empatía. Hoy, desde el centro de mi corazón abrazo, sin necesidad de conocerlos, a la gente de la costa grande de Guerrero. No están solos. Sé que hay una comunidad de 57,700 personas, que los abraza también.
A quienes me vieron cansada o distraída y tal vez un poco callada en el congreso, sepan que no era nada personal. Estaba haciendo esfuerzos por mantenerme en mi centro y dar lo mejor de mí a los demás durante mi ponencia. Agradezco a los que me preguntaron y me dieron palabras de aliento.
Les saludo, Karina AW