Estimados miembros de Akasha Comunidad:
Hace unos días compartí un escrito en tres partes (https://t.me/akashacomunidad/2527, https://t.me/akashacomunidad/2528, https://t.me/akashacomunidad/2529) en el que explicaba uno más de los muchos, digamos, embelecos, que han exigido que la gente se crea durante estos tres años (y, ¡vaya que la gente se los ha creído!): lo de que taparse la cara con un trapo confería una protección de enfermar de lo que denominaron COVID. En este escrito hice mención de una revisión médico-científica publicada en Cochrane (https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD006207.pub6/epdf/full), que mostraba que dicha práctica equivalía a una minúscula o francamente inexistente protección.
Por supuesto que no podía faltar la pusilanimidad en la historia. Debido al revuelo que provocó dicha publicación, no tardaron los neofilisteos que habitan en los medios y entre la comunidad médica (y odontológica) a protestar. Y a partir de sus protestas, la Editora en Jefe de Cochrane, Karla Soares-Weiser, obediente ella, ipso facto publicó una disculpa sobre la confusión que generó esa publicación (https://www.cochrane.org/news/statement-physical-interventions-interrupt-or-reduce-spread-respiratory-viruses-review). Traduzco su exculpación:
“Muchos comentaristas han aseverado que una Revisión Cochrane recientemente actualizada muestra que las ‘mascarillas no sirven’, lo cual es una interpretación incorrecta y engañosa.
Sería correcto decir que la revisión examinó si las medidas para promover el uso de mascarillas han ayudado a frenar la transmisión de virus respiratorios, y que los resultados fueron inconclusos. Dadas las limitaciones de la evidencia primaria, la revisión no es capaz de abordar la pregunta de si el uso de mascarillas en sí misma reduce el riesgo personal de contraer o transmitir virus respiratorios.
Los autores de la revisión son claros en [exponer] esas limitaciones en su resumen: ‘El alto riesgo de sesgo en los ensayos, variación en las mediciones del desenlace, y la adherencia relativamente baja con las intervenciones durante los estudios dificulta el poder sacar conclusiones firmes’. La adherencia en este contexto se refiere al número de personas que de hecho usó las mascarillas dadas cuando se les alentó a hacerlo como parte de la intervención. Por ejemplo, en el estudio de mayor magnitud sobre las medidas para promover el uso de mascarillas en la comunidad, el 42.3% de la gente del grupo de intervención usó mascarillas, frente al 13.3% de la del grupo control.
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El Resumen en Lenguaje Sencillo para el público en general para esta revisión decía que ‘Tenemos incertidumbre si el uso de mascarillas o respiradores N95/P2 ayuda a disminuir la transmisión de los virus respiratorios basado en los estudios que evaluamos.’ Estas palabras fueron abiertas a la mala interpretación, por lo que nos disculpamos. Mientras la evidencia científica nunca es inmune de una mala interpretación, tomamos responsabilidad de no hacer más clara la escritura desde el inicio. Estamos en contacto con los autores de la revisión con el objetivo de actualizar el Resumen de Lenguaje Sencillo y el resumen [de la revisión], para que sea claro que la revisión evaluó si las intervenciones para promover el uso de mascarillas ayuda a ralentizar la transmisión de virus respiratorios”.
Más allá de su uso de lo que parece un plural mayestático, está lo que implica su ‘disculpa’ pública. Si se fijan, solamente aborda el resumen para el público en general (aunque indica que es probable que se cambie también el resumen científico-médico). No critica en lo absoluto la revisión en sí misma, porque esta está bien hecha. Claro, como la mayoría de la gente (científicos incluidos) suele leer solamente el título y el resumen (pésima práctica, por cierto), y cada vez menos leen el contenido completo, lo que les impide llegar a sus propias conclusiones y evaluar críticamente el estudio, comprendo que al modificar el resumen muchos tomarán esto como señal de que ‘no es cierto que diga que las mascarillas no funcionan’.
El asunto es que, a pesar de o tal vez por, el ruido de los múltiples estudios realizados y que fueron incluidos en la revisión, no hay forma de decir certeramente que las mascarillas funcionan. Cierto, no demuestran que no funcionan (porque en la Ciencia, como he explicando muchas veces antes, no podemos tener evidencia de que algo no ocurre, o que algo no existe, para el caso; solo podemos tener – si es que existe – la evidencia de que algo sí ocurre o existe). En este caso, a pesar del gran número de estudios evaluados, no pudieron encontrar evidencia de que esa medida – el ponerse un trapo o un ‘respirador N95/P2’ – sirva de algo. Punto. Así que por más disculpas salameras y por más modificaciones al resumen básico y al resumen científico que hagan los editores en jefe, no pueden hacer nada (a menos de que ya quieran ponerse a inventar datos) para que la revisión diga lo que sus financiadores quieren que diga.
Aprovecho el tema para compartir con ustedes otra revisión, ya aceptada para ser publicada en la revista Heliyon luego de revisión por pares, que me pareció bastante interesante, en la que Kisielinski y colaboradores abordan la toxicidad potencial de la exposición crónica al dióxido de carbono que se asocia al uso constante de mascarillas, y sus efectos en personas sensibles, mujeres embarazadas, niños y adolescentes: https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S2405844023013245
Tengo que correr a clase, así que no tengo en este momento oportunidad de escribir con detalle lo relevante de lo que encontraron. Les pido que descarguen el estudio y que, si no se sienten cómodos con el inglés, hagan uso de las muchas herramientas que hay para traducir el documento. No es un estudio complejo; en realidad es una revisión sistemática de la literatura. Su hallazgo principal: el uso de mascarilla incrementa sustancialmente – hasta en 88 veces – la cantidad de CO2 que hay en el aire que respiramos normalmente (0.04 Vol% CO2), y que, a pesar de los mecanismos compensatorios que tenemos, es inevitable que incremente la presión arterial de CO2 con el uso crónico de las mascarillas.
Defensores de la narrativa y guardianes de la moral pandémica: sigan usando su trapo, me parece perfecto si quieren hacerlo, pero sepan que están desafiando a su fisiología respiratoria y metabólica (los médicos y biólogos debieran saber esto, aunque supongo que no se están usando tanto las neuronas dopaminérgicas desde hace tres años) y no quieran que otros sigan sus pasos. No hay evidencia de que la mascarilla evite la transmisión de virus respiratorios… ¡Hasta en su disculpa pública lo deja claro la Editora en Jefe de Cochrane reviews!
Les deseo un oxigenado y limpio día de inhalaciones libres, Karina AW